lunes, 19 de marzo de 2012

Historia de la Casa Requena


La casa de mis sueños está callada y triste,
esperaba con ansia tu llamada a mi puerta;
mas volaron las horas y aún la espera subsiste,
y pasaron los años y aún se encuentra desierta.
- José Luis Requena

Antecedentes de la Casa Requena
La Casa Requena, principal exponente del Art Nouveau en México, está protegida como monumento histórico por el INAH; sin embargo, actualmente se halla abandonada y derrumbada. ¿Cuál es su historia? ¿Por qué se encuentra en ese estado? ¿A qué se debe su deterioro? ¿Fue cuestión del tiempo o hubo factores humanos que lo propiciaron? 
Los primeros datos que se tienen de la Casa Requena, se remontan al siglo XVIII, específicamente al año de 1737, con el primer registro de compra venta de la casa, en el cual se establece que se localiza en la calle “del puente que dicen de los Gallos a la plazuela de San Juan de Dios”, -actualmente El Puente de los Gallos es hoy Valerio Trujano. En sus inicios, la casa era amplia y sencilla en sus decorados, a un estilo tradicional de las grandes casas coloniales. El Maestro de Arquitectura y Alarife Mayor de la ciudad, Antonio Álvarez, dejó descrita como se componía la casa:
“se midió el solar con una vara castellana y tuvo de frente 24 varas de oriente a poniente y de fondo, de norte a sur, 38. La fábrica se compone de dos accesorias, zaguán y patio y en él dos corredores sobre pilares de cantería, planchas de cedro, y en el patio cuatro aposentos y un pasadizo a la caballeriza, segundo patio y corral; también escalera principal de mampostería que desemboca en dos corredores en la misma conformidad que los bajos y por ellos vienen a las viviendas altas que son sala de recibir, sala de dos recámaras, dos cuartos de mozos, cocina y azotehuela común haciendo de sus piezas. Su fábrica es toda de mampostería, los techos altos y bajos de vigas de asierre y hechuras, las azoteas y pisos enladrillados, el patio y zaguán empedrado”.[1]
La casa, desde un principio fue inestable, por lo que desde este siglo, ya había advertencias de derrumbe. De esta manera, distintos valuadores establecieron que era más fácil tirarla que restaurarla. Esto fue confirmado en 1824, cuando un nuevo avalúo realizado por Don Manuel Heredia señaló que había que construir la casa desde los cimientos.
A pesar del aviso, la casa terminó en manos de las monjas concepcionistas, quienes tiempo después vendieron la casa a José Luis Requena, quien fuera abogado de Tlalpujahua, e hijo del ex gobernador de Campeche, Pedro Requena; y que había hecho su fortuna gracias a la explotación de la mina La Esperanza.

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Fachada de la Casa Requena

El apogeo de la Casa Requena.
José Luis Requena y su esposa Ángela, se mudaron, junto con su familia, a “La Santa” –como así la llamaba la familia a la Casa, en 1895. El Lic. Requena, como hombre de una familia acaudalada, decidió remodelar, sin escatimar gastos, a los gustos de la época la casa ubicada en el número 43 de la calle de la Santa Veracruz –de ahí el apodo de la casa. Fue así como le encargaron el diseño de la casa a dos expertos del Art Noveau: el pintor catalán Ramón P. Cantó y el Maestro Pomposo. Requena, le encargó a Ramón P. Cantó –quién dio a conocer sus ilustraciones en la publicación "México a través de los siglos", copiar diseños de muebles de revistas de decoración francesas mientras; el Maestro Pomposo, fue el encargado de llevar a cabo los diseños de Cantó. El trabajo realizado por ambos fue excepcional: la sala estuvo decorada con acantos, dibujadas en los muebles, paredes y pantallas de vidrio de la lámpara principal. El comedor, se decoró con una enredadera de caoba que parecía salir de las de las paredes hasta alcanzar el techo. Las recamaras de las niñas: Guadalupe y Luz fueron diseñadas especialmente para ellas: la de Guadalupe, llamada como la “Recámara del pavoreal”, tenía a el ave con las alas abiertas y una corona con incrustaciones de pierdas en la cabecera de la cama. En cambio, la recamara de Luz, la hija menor, fue diseñada con motivos del cuento de la Caperucita y fue llamado el “cuarto de la Caperuza”.
Vale la pena mencionar que algunos objetos se encargaron a Paris, como la tapicería o las cortinas; mientras que la alfombra se mandó hacer a Austria. Los mosaicos, por su parte, fueron pintados a mano en Venecia.
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Retrato de la familia Requena
Sala
Comedor para 24 comensales
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Desayunador
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Sala de Música
Recámara principal
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Recámara de la Caperuza
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Acceso al primer piso el cual aún se conservan algunos detalles


Decadencia de la Casa Requena


En 1943 falleció el Lic. Requena, pasando la casa a manos de su hija Guadalupe Requena de Fossas, quien la habitó y cuidó su belleza hasta su fallecimiento en 1967.
Ese mismo año, el INAH se acercó a la familia para fotografiar y catalogar tanto los muebles, como la casa. Ofreció que los muebles fueran parte de las piezas de exhibición de un museo que se planeaba construir en Parque Lira en Tacubaya, mientras que la cada sería declarada como Monumento Histórico, con el fin de mantener su diseño Art Noveau. La familia Requena dejó la casa y los muebles en manos del INAH, pero en 1969, la construcción conjunta a la casa fue demolida, lo que derrumbó el muro oriente de “la Santa”, ocasionando daños a la estructura y los decorados. El INAH, por “falta de presupuesto” no se hizo cargo de la reconstrucción del inmueble, lo que generó la paulatina destrucción de la casa.
La familia hizo muchos esfuerzos por restaurarla y mantenerla en su estado original, pero éstos fueron detenidos dado el poco interés que el INAH presentó en el asunto. Un ejemplo de estos esfuerzos son las cartas publicadas por el Lic. Pedro Fossas Requena, heredero de la Casa Requena tras la muerte de su madre Guadalupe, en el Suplemento Cultural de “el Heraldo de México”, el domingo 12 de abril de 1970, a continuación, unos fragmentos de la misma:
“Mi madre, la señora Guadalupe Requena de Fossas, murió el 19 de marzo de 1967, dejándome único y universal heredero del inmueble ubicado en Santa Veracruz 43, “Casa Requena”, y de todo su contenido. No considerando tener yo el derecho de disfrutar íntegramente de éste, compartí con mi único hermano, Ing. Fernando Fossas de Requena, los muebles, biblelots, etc., dejando que él conservara todo aquello que quiso. Igual hice con la única superviviente de la familia Requena, mi tía, hermana de mi madre, doña Luz Requena de Sitges.
Al poco tiempo de ocurrir la muerte de mi madre se me acercaron algunos funcionarios del Instituto Nacional de Antropología e Historia por medio de los cuales se me solicitó permiso para fotografiar la casa, a lo cual accedí sin ningún reparo, procurando colaborar con ellos, indicándoles rincones y detalles notables, y facilitándoles una colección completa de viejas placas fotográficas en vidrio.
Con posteridad, el Instituto Nacional de Historia, por medio del arq. Luis Ortíz Macedo, entones director de Monumentos Coloniales, me ofreció, a nombre del INAH, adquirir determinados muebles para hacer con ellos, aprovechando una fachada Art-Noveau proveniente de una demolición en la colonia Roma, en el Parque Lira, un museo Art-Noveau.
Mi entusiasmo fue grande, no por el precio que se me ofrecía por los muebles, el cual en conjunto era bastante inferior a cien mil pesos, sino porque se conservaran dichos muebles que fueron el orgullo de mi abuelo, José Luis Requena, luego de mi madre, y finalmente mío, y que la falta de medios económicos para mantener un caserón inhabitable no me permitían conservar dignamente.
[…] Mi propósito de vender el inmueble al INAH y hacer la donación de los muebles para el museo, y el INAH me dio todas las seguridades de que ejercitaría la opción de compra que convine con dicho Instituto, no me opuse para nada.
Como ya he mencionado, al demolerse el Monumento Nacional ubicado en la esquina de Dos de abril y Santa Veracruz núm. 37, se vino por tierra todo el muro oriente de la “Casa Requena”, arrastrando consigo no sólo la decoración de la sala, salón de música, hall y escalera, sino entre otras cosas el gran espejo de la sala, y dejando en un equilibrio muy precario toda la casa. […] como en mi contrato de arrendamiento con el INAH el mantenimiento y reparación del inmueble habían quedad a cargo de dicho Instituto, me dediqué a insistir en que se hicieran las reparaciones que evitarían por menos la ruina total del inmueble, y después de varios meses de gestiones se hicieron las composturas indispensables. A la fecha, casi dos años después, sigue siendo precario el estado de algunas obras, y el INAH no ha hecho absolutamente ningún trabajo por reponer el inmueble en el estado en que estaba, o por conservar los muebles o decorados.
Ahora resulta que, el hecho de que haya yo tratado de conservar para que se convirtiera en museo mi herencia y patrimonio de mis hijos, sin buscar absolutamente ningún lucro con ello, me coloca en una situación desventajosa a ojos vistas para poder vender el inmueble (ya que no hay quien quiera adquirir una casa declarada “Monumento Nacional”), me deja como “depositario” de los muebles (siendo por cuenta mía su conservación, almacenamiento, reparación, etc.) y se me priva de la posibilidad (en caso de buscarla yo) de hacer un excelente negocio vendiéndolo a Anticuarios, Decoradores, Comerciantes de rarezas, Artistas, etc., etc., y encima de ello sufro el reproche de personas como usted, como mi buen amigos don Arturo Arnaíz y Freg, don Justino Fernández y una pléyade de nuestros custodios de la historia y la cultura de nuestra patria me reprochen “lo que he hecho con la Casa Requena””
Sin embargo, en 1971, la actriz Patricia Morán, , casada con el Gobernador de Chihuahua y prima de los Requena logró, con la colaboración Pedro Fossas Requena un rescate digno de los muebles de la Casa Requena, los cuales fueron trasladados al Museo Quinta Gameros de la capital de ese Estado, donde se encuentran hasta la actualidad.

Tocador de la Recámara del Pavoreal custodiada en la Quinta Gameros

Dada la falta de interés del INAH por conservar el inmueble, la Casa quedó en abandono, y a su vez a el vandalismo. En octubre de 2005, tras una temporada de lluvias, se desplomó la mayor parte de la casa, incluyendo la fachada . Lo que alguna vez fue la más hermosa mansión de la ciudad, quedó entonces, habitada por indigentes y drogadictos, que se dedicaban a realizar sus fechorías en la casa, como violaciones de mujeres. Finalmente, un incendio provocado por ellos, terminó por destruir aún más la casa.
En noviembre de 2010 se desalojaron a por lo menos 20 ocupantes , y la Procuraduría General de Justicia del D.F. aseguró el predio abandonado de la Casa Requena. Se instaló una barda de metal con el sello de la PGJDF.

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Estado actual de la Casa Requena. Acceso al primer piso, se conservan las ventanas y algunos mosaicos moriscos de los pasillos.

A lo largo del tiempo se ha intentado que la Casa se establezca como un museo, ya fuera del Siglo XIX, , extensiones del Franz Mayer, o del Museo de la Ciudad de México. Asimismo se buscó restaurarla bajo la supervisión de arquitectos reconocidos o la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía. Todos estos proyectos nunca fueron concretados.
Actualmente la casa se encuentra desocupada, abandonada y destruida casi a su totalidad. Es sólo cuestión de tiempo que las paredes restantes se derrumben. Es una lástima que el gobierno haya mostrado tanto desinterés ante un inmueble de ésta categoría, única en su estilo, inigualable en México. El caso de la Casa Requena nos muestra el desinterés de las autoridades ante un supuesto “patrimonio nacional”, la impotencia de los civiles ante impunidad de las autoridades, pero al mismo tiempo, permite reflexionar sobre un cuidado que debe realizarse tanto a muebles como inmuebles, que aunque no sean catalogado por el INAH, tienen un valor, el cual debe ser reconocido, cuidado y respetado. No debemos dejar que la situación de la Casa Requena se repita en los distintos patrimonios que tiene el país. La sociedad, al hacer conciencia, tiene la capacidad de cuidarlos, de no permitir que caigan en situación de abandono, y poder conservarlos lo más que se pueda, dado que el gobierno no muestra suficiente interés. Valdría la pena mencionar que la Casa Requena aún puede ser valorada y rescatada. En un primer lugar, manteniendo su memoria e importancia como un hito en el diseño Art-Noveau en México, y en un segundo lugar, al hacer un proyecto integral y eficiente de restauración de la Casa.


Para conocer más sobre el estado de la Casa Requena, te recomendamos ver estos videos realizados en 2010 por el usuario Cacolixto, cuando la casa aún estaba habitada por los vagabundos. En estos videos aún se pueden observar ciertos elementos originales de la Casa, como la escalera, los mosaicos o las ventanas estilo ojival del primer piso. 







 Referencias:

Granados, Pavel , “El fin de la casa Requena”  en Cabeza de Borrador.

Arte, literatura, política y filosofía. Borradores y ensayos de Pável Granados. 19 de febrero 2007, [electrónica] < http://pavelgranados.blogspot.mx/2007/02/el-fin-de-la-casa-requena.html> consultado el 18 de marzo 2012.
Vinyl, Sabina , “La casa de mis sueños”, en Proyecto Oxido, 05 junio 2011, [electrónica]  http://proyecto-oxido.wikispaces.com/IU_LaCasademisSuenios consultado el 18 de marzo 2012
Neuvillate, Alfonso de, El Art-Noveau en México, Cuadernos de arquitectura y conservación del patrimonio artístico, número 12, INBA, México, 1980
Redacción, “Asegura la Casa Requena, ahora patrimonio nacional” en Milenio, 10 de noviembre 2010, [electrónica] http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/d9733f1d182257206a2cdeac4f359e7e  consultado el 18 de marzo 2012
Katzman, Isarel, Arquitectura del siglo XIX en México. Trillas, México, 1993
Santillana Arbesú, Ana Laura, Presencia del Art Nouveau en México, Tesis para obtener título de Licenciatura en Historia del Arte, Universidad de las Américas Puebla, México, 2005
Somolinos, Juan, La “Belle Époque” en México, Sepsetentas, México, 1971



Fotografías
D.I. Hespinosa- Proyecto Oxido
Débora Fossas
Colección Familia Requena


VIDEOS
"Casa Requena I" y "Casa Requena II" realizados por Cacolixto http://www.youtube.com/user/cacolixto?feature=watch



[1] (Avalúo realizado por Antonio Álvarez, arquitecto y alarife mayor de la cd. de México). Pavel Granados, http://pavelgranados.blogspot.mx/2007/02/el-fin-de-la-casa-requena.html

domingo, 26 de febrero de 2012

La Calle de Santa Veracruz en la actualidad

 Mapa de los alrededores de la Casa Requena en la actualidad


Ver mapa más grande
 Ubicación actual de la Casa Requena

Detalle de ubicación la Casa Requena: Santa Veracruz no. 43

Ubicación de la Casa Requena en la actualidad (Calle de Santa Veracruz no. 43). En el mapa también se pueden observar sus alrededores, como la Alameda, y el Paseo de la Reforma. Asimismo, se advierten los cambios: el Museo Franz Mayer, Palacio de Bellas Artes, Metro Bellas Artes, la Cámara de Senadores, el Museo de Economía, el Palacio Postal, etc.
Cuando la Casa Requena tuvo su apogeo, a finales del siglo XIX e inicios del XX, la Ciudad de México estaba cambiando. Hubo una inmigración campesina que buscó trabajo en la ciudad, de esta manera la ciudad se fue agrandando. Al mismo tiempo los sectores acaudalados se trasladaron a nuevas colonias, mientras que estos recién llegados fueron habitando las viejas casonas coloniales que las familias ricas fueron dejando en abandono. Fue así como éstas se fueron haciendo vecindades, albergando a una gran cantidad de familias de bajos recursos en pequeños cuartos. Por ende, lo que alguna vez fue el centro de la ciudad como sede de los palacios, pasó a ser, en sus alrededores sede de vecindades  Esto puede notarse actualmente si uno sale de las zonas turísticas del centro, donde se ubican colonias que no tienen las condiciones del centro turístico de la ciudad. En este caso tenemos a la Casa Requena, que ubicada en la calle de Santa Veracruz, continuación de Donceles (donde se ubica el elegante Teatro de la Ciudad y la Cámara de Senadores) justo cruzando Eje Central; fue por un tiempo vecindad. Al mismo tiempo, la Casa Requena,  colinda hacia el oriente con una vecindad, mientras que del lado poniente con un hotel de paso.    

La Calle de Santa Veracruz y sus alrededores en el año de 1899


Ciudad de México en el año de 1899


Detalles de la Ciudad de México en 1899. En la imagen se señala la ubicación de la Casa Requena.

Vista de la ubicación de la Casa Requena (Calle de Santa Veracruz no. 43) para el año de 1899, durante el periodo de su apogeo. En el mapa también se pueden observar sus alrededores, como la Alameda, el Paseo de la Reforma, Teatro Nacional y el Palacio de Minería, entre otros. La Casa Requena se ubicó detrás de la Plaza Morelos, donde se ubica la Iglesia de la Santa Veracruz, -la que le da nombre a la calle. Esta plaza aún existe pero ahora alberga también al museo Franz Mayer.
Durante el Porfiriato se fueron construyendo nuevas colonias a las afueras de la ciudad, como la Colonia Roma, la Condesa o la Santa María la Ribera. Muchas familias acaudaladas se trasladaron a estos nuevos fraccionamientos, sin embargo, algunas otras se quedaron en la cuadrícula central de la ciudad, en aquellas viejas mansiones coloniales, como la Casa Requena. La Casa, tenía grandes espacios, por lo que abría la posibilidad de albergar a una gran familia; de esta manera, el Lic. Requena, en vez de invertir en una nueva casa en las afueras de la ciudad, decidió remodelar a la "Santa" (como le llamaba la familia a la Casa) al estilo más moderno de la época y de su preferencia. A pesar de que la casa no fuera nueva, y la fachada fuera sencilla, por dentro si mostraba el lujo pertinente para una familia de ese nivel social. La Casa Requena entonces fue un hermoso ejemplo de como se aplicó el Art Nouveau en México. 

Referencia: Ramón de S.N. Araluce (ed.) "Plano de la Ciudad de México formado expresamente para la Guía General Descriptiva de la República Mexicana", 1899.

lunes, 13 de febrero de 2012

Método fenomenológico de la Casa Requena desde el método de Merleau-Ponty

Caminé por la Calle de Santa Veracruz, hasta que a lo lejos me encontré con la Casa Requena. Mi primera reacción fue un sollozo. Al haber visto imágenes del apogeo de la casa me doy cuenta de en que se ha convertido: una casa derrumbada, cubierta de maleza, enrejada con lámina, con sólo pocos restos de lo que fue la mansión. Miro hacia el rededor y me encuentro con el Hotel Hidalgo al costado derecho y con una vecindad al costado izquierdo. La calle, a una cuadra de la Alameda, da una vibra peligrosa, sólo los vagabundos deambulan por ahí.

Es difícil encontrar el mejor ángulo, pero al final, me doy cuenta de que lo mejor es lo que queda del interior. Me siento justo en frente de la casa y la observo, quitándome de la mente todos los prejuicios y conocimientos previos. Lo que aún se conserva de fachada tiene una ventana con un árbol, esto me hace imaginar que la casa –a pesar de su condición, aún tiene vida.

Vuelvo mi vista hacia la derecha, me encuentro con puertas por doquier. De estilos distintos pero con mosaicos azules y amarillos iguales, me dan una idea laberíntica, la cual, puerta con puerta me conduce a un espacio distinto, donde este árbol, esta vida, recorre los pasillos y puentes sin encontrar una salida. Por último observo un espacio que parece conducir a otro, esta cueva parece ser el final del laberinto, pues lleva hacia la nada.El árbol funge como una persona que custodia la casa, pero al mismo tiempo, recibe amablemente al visitante.

Al terminar de observarla por completo, me percató aún más en el espacio central de la casa, y la sensación de un laberinto se transforma hacia algo aún más emocionante. Ya no es el árbol el personaje principal de mi historia, sino soy yo. El espacio con sus puertas de estilo ojival, me trasladan en el tiempo y me siento en un castillo. La maleza, me hace sentir en medio del bosque, donde los escombros fungen como laderas en las que debo subir para aproximarme más a mi castillo medieval.
Mi visibilidad se torna limitada, por lo que decido ingresar al Hotel e intentar subir a la azotea y tener un ángulo distinto de la casa. Al estar arriba, sintiéndome en algún risco, vuelvo a observar mi castillo. La vista mejora mi percepción, por lo que ahora, lo que puedo incluir una fortaleza (la barda de la calle) un puente lleno de peligros y el castillo como destino final. Quiero saltar, explorarla, recorrer cada espacio, subir a las laderas (montañas de escombros), cruzar sus puentes, subir sus escaleras, asomarme por las ventanas, custodiar mi castillo y recibir amablemente al visitante. Ser la vida de este castillo.

La sensación poco a poco va terminando, y me doy cuenta de el estado de mi castillo, la casa, del abandono y el derrumbe. La recorrí, en mi imaginación, la sentí, la viví, la habité, pero ahora, me doy cuenta de que estoy en la azotea de un hotel de paso, observando los escombros, los muros caídos, los puentes oxidados, la basura acumulada en los cuartos, la maleza que ha invadido y perjudicado aún más la casa, pero imaginando una vida alterna a lo que alguna vez fue la Casa Requena.

*Se agradecen las atenciones recibidas por el Señor Daniel de el Hotel Hidalgo ubicado en Santa Veracruz no. 37.

Fotografías tomadas por Alejandra García Vélez en febrero 2012

domingo, 5 de febrero de 2012

Justificación


Parte superior del patio central de la Casa Requena


En la calle Santa Veracruz no. 43, en el Centro histórico, se ubica lo que alguna vez fue una de las más suntuosas casas de la ciudad: la Casa Requena. La Casa Requena fue construida durante el siglo XVII, pero la época de su mayor esplendor fue durante el Porfiriato, cuando fue habitada por el Lic. José Luis Requena. El dueño de la casa le encargó al reconocido pintor catalán Ramón P. Cantó y al maestro Pomposo, ebanista, el diseño de la mansión. La casa, entonces, fue rediseñada al estilo Art Noveau, donde cada espacio adquirió rasgos particulares, con nombres propios, que hacían alusión a los muebles y decoraciones, como “El cuarto del pavo real” o el “cuarto de la Caperuza”, esta última recamara, diseñada para Luz, la hija menor del Lic. Requena, fue inspirada en el cuento de la Caperucita Roja.
La casa fue habitada y cuidada por la familia Requena hasta 1967, cuando fallece la hija del Lic. Requena, Guadalupe Requena Fossas. Ese mismo año, el INAH ofrece a la familia mantener la casa en su estado original, pero al paso de los años cayó en el olvido. La casa quedó abandonada y tras lluvias, vandalismo, temblores y su débil infraestructura –la cual ya preocupaba en el siglo XVIII, hicieron que la casona se fuera derrumbando poco a poco. En octubre de 2005 la casa cayó en pedazos, terminado como refugio de indigentes.
La Casa Requena fue elegida porque es un sitio que cuenta con historia, al remontarse al siglo XVII y aún “mantenerse” en pie, cuenta con una localización geográfica, ubicable en un mapa, y aún se puede visitar, para tener una experiencia cercana con el inmueble. Me parece que la casa cuenta con distintos elementos a analizar, reflexionar y conocer, por ejemplo, la historia de la casa, el estilo de las casonas en la época colonial, el art noveau, el destino de las casas abandonadas, el papel del INAH ante edificios históricos, etc. De esta manera, la Casa Requena, será el objeto de estudio en el presente blog.


Sala Principal de la Casa Requena